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Nací en la ciudad de Búlderain, capital del país de Raig, conocido también como el Reino de los Magos. Mis talentos me permitieron iniciarme a tempra edad en las cuatro disciplinas elementales de la magia: Agua, Tierra, Viento y Fuego. Además de eso, recibí del Gran Concilio de Magia y Hechicería el grado superior de Véspalid siendo yo muy joven aún. Si quieren saber más, pueden postear y comentar.

martes, julio 25, 2006

Agradecimientos

Antes de seguir publicando mis memorias, quiero hacer un alto para agradecer a todas las personas que han visitado el blog y han posteado sus comentarios. Espero que muchos más se sumen a ellos y compartan sus opiniones sobre esta historia o sobre lo que se les ocurra. Pero además quiero agradecer especialmente a Natalia Egaña por las maravillosas ilustraciones que enriquecen el libro "Por la Ruta de los Magos II, El Reencuentro", algunas de las cuales han sido publicadas en este blog. Pueden visitar su blog (en Vínculos) y conocer algunas de las locuras que vuelan por su mente. Espero que tenga tiempo para seguir dibujando, ya que mi Amigo Escritor se haya inmerso en la narración de la tercera parte de la Ruta de los Magos y no sería lo mismo sin sus fantásticos dibujos.
Saludos a todos...

miércoles, julio 12, 2006

La Reunión con los Aprendices

"La reunión con los aprendices fue grata y distendida. Era la primera vez que me encontraba frente a un grupo que estaba a mi cargo y eso me tenía un poco nervioso. Bastante nervioso, en realidad. Pero mis nuevos compañeros eran personas disciplinadas y estaban dispuestos a escucharme y obedecerme.
Lo que más me gustó de esa reunión fue repartir los talismanes que el Gran Concilio me había entregado. Había uno para cada discípulo, salvo para mí, ya que por haber tenido cuatro maestros, me correspondían cuatro talismanes. Mis compañeros estaban felices cuando los recibieron, pues era un regalo muy preciado que les hacía cada uno de sus maestros. Y una herramienta muy útil para el éxito de nuestra misión.
Esa tarde marcó mi reencuentro con Yánadil, una antigua compañera de estudios y entrenamiento. Hacía mucho tiempo que no la veía y, al encontrarme con ella de frente quedé sorprendido por lo hermosa que estaba. Durante la reunión no conversamos mucho debido a las tareas que nos demandaba el viaje, pero, durante el transcurso de los días, muchas cosas pasarían entre ambos.
Aparte de todo eso, también teníamos que discutir el itinerario de nuestro viaje y el aprovisionamiento, pues serían varios días de viaje a pie. El entusiasmo era evidente en cada uno de los aprendices y eso era contagioso, lo que me ayudó a relajarme un poco, ya que ese día había sido muy pesado.
Ya entrada la noche dimos por terminada la reunión y mandé a mis compañeros a dormir, pues a la mañana siguiente debíamos partir rumbo a La Barrera. De haber sabido lo que nos esperaba…"