_

Nací en la ciudad de Búlderain, capital del país de Raig, conocido también como el Reino de los Magos. Mis talentos me permitieron iniciarme a tempra edad en las cuatro disciplinas elementales de la magia: Agua, Tierra, Viento y Fuego. Además de eso, recibí del Gran Concilio de Magia y Hechicería el grado superior de Véspalid siendo yo muy joven aún. Si quieren saber más, pueden postear y comentar.

jueves, septiembre 07, 2006

Y así aprendí a tener...

Paciencia... Una de las virtudes de las que carecía al iniciar mi viaje era precisamente la paciencia. Era un muchacho inexperto y ávido por tener aventuras y, cuando las encontraba, me lanzaba sin pensarlo a su encuentro. Mi actuar era compulsivo e imprudente y a menudo recibía, sin comprenderlo, los reproches de mis maestros. Afortunadamente mi imprudencia nunca me causó problemas de los que no pudiera salir. Pero descubrí, después de iniciar mi viaje, que nadie es tan limitado que no pueda adquirir nuevas virtudes a medida que vive sus propias experiencias.
La importancia que tenía nuestra misión despertó en mi una sensación de tranquilidad al momento de decidir y, tras lo ocurrido en Garúa (que no voy a relatar en detalle aqui), me enseñó que debía respirar profundo antes de realizar una acción y meditar sus consecuencias. Mis decisiones en un primer momento fueron acertadas, pues al llegar a la ciudad nos encontramos con que un viajero iba esparciendo noticias sobre lo que estaba ocurriendo en La Barrera, así que teníamos que hacer algo para retenerlo rápidamente. Sin embargo, nuestras acciones provocaron la molestia de algunos ciudadanos de Garúa. De hecho fue más que molestia, algunos reaccionaron con ira y optaron por desquitarse con nosotros.
Debo decir en mi defensa (pues yo fui quién tomó la decisión de actuar) que los muy idiotas sobrerreaccionaron y nos atacaron violentamente, dejando heridos a varios de mis compañeros.
Pero la responsabilidad fue mía, pues nunca pensé que lo que hicimos en Garúa provocaría semejante reacción. Sentí una profunda tristeza al ver el miedo en los rostros de nuestros atacantes, temor provocado por la vaga información que habían recibido del viajero y nuestra inespereda intromisión. Pero sentí también un gran alivio al notar su arrepentimiento y al ver que recobraban la razón, nublada a causa del miedo.
Aprendí una gran lección aquella oportunidad y, por ello, no me arrepiento de nada de lo que hice: Paciencia... que esta historia sigue (perdón y gracias a los que esperaron con paciencia. Se los dedico a uds.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que buenas palabras con las que terminaste tu relato, la verdad es que la paciencia siempre es el buen camino...seguro, para seguir adelante y vivir experiencias que con el tiempo resultan ser gratificantes. Siempre es mejor escucharlo de un otro, que de uno mismo, ya que se va olvidando con el transcurso de los días. Creo que todos tenemos que tener paciencia, de que todo resultará bien de una u otra forma, y de que las aventuras son infinitas, sólo hay que saber escoger el principio y comenzar en cada una de ellas. Gracias por tus palabras Blas, a veces uno no tiene un buen día o sólo se siente triste, quizás desmotivado, tu historias me permiten iamginarme el entorno del que nos hablas y por lo menos para mi resulta ser fascinante. Que bien que no te arrepientas de tus decisiones, por algo las tomaste en su debido tiempo, y estas mismas te han conllevado a otros momentos de la vida, en los que te puedes sentir feliz! Y eso es lo importante y valioso, como parte de la escasa libertad que poseemos ¡¡¡DECIDIR!!! por lo menos todavía no cobran por ello, y no te tramitan como con el resto de las cosas, aunque uno se tramita así mismo, al querer tomar la mejor decisión posible, y te craneas horas y horas pensando que será lo más adecuado...pero ello nos sirve para reflexionar y con argumentos y confianza decidir a cerca de nuestra vida y tener incidencia explícita en nuestros actos. Siempre hay que tomar decisiones y nada nos asegura que la que tomamos sea la correcta, pero de eso se trata este juego, no? saber encontrarle el gustito a lo que nos va sucediendo y seguir adelante...pase lo que pase...con una sonrisa de frente? si así se quiere...
Yo por ahora me preocuparé de sonreir más, creo que ultimamente lo he dejado de hacer, por diversos motivos. Gracias por las sonrisas que nos permites, es un agrado leer tus relatos. Saludos a todos quienes ven este blog, y comenten mucho más! Todos aportan valiosamente. Cariños,

Violeta